Monday, January 13, 2020




"EL PECADO DE NADAB Y ABIÚ"

Levítico 10:1-11
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová
Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló. Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario, fuera del campamento. Y ellos se acercaron y los sacaron con sus túnicas fuera del
 campamento, como dijo Moisés.
Entonces Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar e Itamar sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestros vestidos en señal de duelo, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación; pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, sí lamentarán por el incendio que Jehová ha hecho. Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión, porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés. Y Jehová habló a Aarón, diciendo: Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio, y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés”.....

Pero…

¿QUÉ HICIERON ESOS JÓVENES PARA MERECER TAN ATROZ CASTIGO?

En los versículos anteriores de Levítico se describe la ordenación como sacerdotes de Aaron, hermano de Moisés, y de sus hijos. Ser sacerdote de Dios implicaba una especial responsabilidad. Ser revestido de las ropas sacerdotales y poder presentarse ante Dios en el Tabernáculo no era cualquier cosa, igual que no lo es estar revestidos de la justicia de Cristo para poder presentarnos ante Dios como si no tuviésemos mancha....1 Pedro 2:9

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”

Lo que el apóstol Pedro nos dice es que fuimos elegidos y adquiridos por Dios para “anunciar sus virtudes”  ¡OBEDIENCIA!


Pronto empezaban, sin embargo, Nadab y Abiú a desobedecer a Dios. Se tomaron la libertad de entrar en el Tabernáculo cuando les dio la real gana, no cuando les había prescrito Dios, y ofreciendo “fuego extraño” en los incensarios, fuego que Dios “nunca les mandó”.


Según Éxodo 30:9, Una norma que había que cumplir en el altar para quemar el incienso era que “No ofreceréis sobre él incienso ex­traño”


 Y en Levítico 16:12  se dice: “Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová”


No sabemos de dónde obtuvieron su fuego Nadab y Abiú, pero es claro que desobedecieron a Dios. Su pecado fue la presunción y la soberbia. ¿Cuántos “cristianos” nos dicen hoy día “yo creo en Dios a mi manera”? ¿O con cuántos católicos romanos nos tropezamos día a día que nos dicen “yo voy a ir al Cielo porque soy muy bueno y creo en Dios”?


El pecado de Nadab y Abiú fue el mismo, soberbia y desobefiencia. 

Pero Dios será santificado, ya sea por medio de la obediencia del hombre o por medio de sus juicios sobre los rebeldes y los que sean desobedientes. Tarde o temprano, la rebelión de los impíos contra Dios finalizará. Por eso, sobre aquello dicho por Dios, esto es lo que Moisés transmite a Aaron tras la muerte de Nadab y Abiú: “

En Jeremias 21:8, el profeta nos dice: “Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo de­lante de vosotros camino de vida y camino de muerte”.


La expresión “los que a mí se acer­can” se refería especialmente a los sacer­dotes levitas. Estos eran los sacerdotes de Dios dentro de Israel. Pero hay que recordar que actualmente los cristianos somos los sacerdotes y ministros de Dios y nos acer­camos a Él por medio de Nuestro Señor JesuCristo.


 (Hebreos 4:15,

15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

"JESÚS LA ROCA"

El Evangelio de Jesucristo es la piedra de salvación o de tropiezo, de vida o de muerte eterna.

EL ES LA ROCA  DE NUESTRA SALVACIÓN.
EL CAMINO DE VIDA ES JESUCRISTO.
JUAN 14:6

Gracias a Dios y su misericordia, ya no estamos atados por las ceremonias y ritos, como los israelitas, pues Jesucristo fue el cumplimiento de la Ley ceremonial. Pero debemos tener claro que hemos de seguir los caminos que nos marca Dios en su palabra 

"Sed Santo por que YO Soy Santo"
¡NO SEÁIS COMO NADAB Y ABIÚ!.

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